TERAPIA PSICONAUTICA O VIAJES PSICODELICOS
Ya que la psilocibina produce su acción a nivel de los receptores de serotonina, generando hiperconexiones neuronales, mostrando como efectos una percepción "ampliada" de los colores o las formas geométricas son frecuentes en dosis bajas, dándose más bien una distorsión de la realidad y no una alucinación propiamente dicha.
A menudo, en especial en el ámbito recreativo, se refuerzan los sentimientos hacia las personas con las que se esté, creándose una especie de sinergia entre los participantes de la sesión. Al cerrarse los ojos, a menudo puede verse un carrusel de formas y colores, y puede tenerse la sensación de "ver la música y los sonidos", lo que se conoce como sinestesia.
Con dosis más altas el efecto es más duradero, y las distorsiones pueden dar paso a las alucinaciones, que pueden ser visuales, auditivas, táctiles... No es raro que la experiencia pase de un plano más social (como en el caso de dosis bajas) a un fase más introspectiva, más enteogénica y meditativa, con tintes místicos incluso.
Para evitar un mal viaje, un buen psiconauta eligira un momento tranquilo, sin emociones negativas en su entorno o dentro de el mismo, para conseguir la experiencia deseada.
No existe ningún tipo de dependencia física reportada, y por fenómeno de tolerancia a la psilocibina, es necesario esperar días para volver a tener efecto psicodelico, lo que es excelente para recreativo/espiritual como para el medicinal.
La investigación médica es cada vez más consciente de los beneficios que puede traer su uso para tratar algunas enfermedades, especialmente al utilizar microdosis.
Un estudio del Imperial College de Londres publicado en la revista Scientific Reports en 2017 concluyó que la psilocibina había resultado útil para el tratamiento de la depresión en pacientes con los que las terapias convencionales habían fracasado.
Similares resultados consiguieron Roland Griffiths y su equipo en una investigación clínica llevada a cabo en la Universidad Johns Hopkins de Nueva York, que descubrieron que una sola dosis de psilocibina había disminuido ostensiblemente síntomas de depresión y ansiedad en un grupo de pacientes con cáncer.
Otros estudios han arrojado prometedores resultados a la hora de usar psilocibina para tratar adicciones a drogas, trastorno obsesivo-compulsivo o migrañas y cefaleas.
Sin lugar a dudas, oiremos hablar de la psilocibina en el ámbito medicinal durante los próximos años, pues los resultados hasta ahora obtenidos han sorprendido incluso al más optimista de los investigadores.